Sainz se topa con el muro del campeón

Carlos Sainz se quedó a un suspiro de su primera victoria en la Fórmula 1. Concretamente, 993 milésimas le separaron de Max Verstappen, ganador del Gran Premio de Canadá, en una carrera impecable por parte de ambos. Por detrás, Fernando Alonso finalizó abatido un día que empezaba más ilusionante que nunca y se tuvo que conformar con la novena posición tras sufrir una sanción a posteriori. Lewis Hamilton completó el podio en Montreal.

Por tercera vez esta temporada y segunda en las tres últimas carreras, Sainz se tuvo que conformar con la segunda posición. Luchó hasta el último metro con un piloto descomunal que volvió a demostrar por qué es el vigente campeón. En cualquier caso, fin de semana muy dulce para el español, que elevó su botín a 19 puntos al apuntarse la vuelta rápida del día. Los nubarrones quedan definitivamente atrás y por fin rodó fusionado con su Ferrari. Parece cuestión de tiempo que suba ese último peldaño que se le resiste.

La salida no provocó alteración alguna en la zona noble. Verstappen defendió su liderato con mucha autoridad y Alonso protegió la segunda posición el mano a mano fratricida con Sainz. Sin embargo, antes de que acabara la tercera vuelta ya le había adelantado su compatriota, subido a un bólido netamente superior. Por delante, Verstappen empezaba a encadenar vueltas rápidas.

En la vuelta 8 llegó el primer incidente importante. Se rompió el Red Bull de Sergio Pérez. Los grandes también sangran. ¿Le pasaría lo mismo a Verstappen? El primer coche de seguridad virtual invitó al líder del Mundial a realizar una tempranera parada en ‘boxes’ que dejó una imagen tan breve como excitante para la afición española: Sainz y Alonso primero y segundo, respectivamente.

Poco después, Verstappen adelantó al asturiano sin problema y en la vuelta 20 llegó el segundo coche de seguridad virtual. Fue el momento que descalabró la carrera de Alonso. No paró y se convirtió en el único piloto con neumáticos medios de toda la parrilla. Una decisión letal para sus aspiraciones. Cuando finalmente pasó por ‘boxes’ en la vuelta 29, volvió a pista en la séptima posición justo detrás de Leclerc y su compañero Ocon. El sueño del podio se esfumaba antes de tiempo.

Perseguir a un robot

Así se alcanzó el ecuador de la prueba, con Verstappen al frente y Sainz a siete segundos, ambos calcando tiempos y vigilándose muy de cerca, sabedores de que aún quedaba mucha carrera. Volvió a cambiar neumáticos el holandés en la vuelta 43 y entonces llegó el golpe de suerte para el español personificado en Tsunoda. El asiático estrelló su Alpha Tauri y provocó la entrada del coche de seguridad. A Sainz se le abrieron las puertas del cielo. Entró en ‘boxes’ y salió pegadito a Verstappen.

El coche se seguridad abandonó la pista a falta de 16 vueltas dejando a su rebufo el siguiente trenecito: Verstappen-Sainz-Hamilton-Russell-Ocon-Alonso-Leclerc. Ninguno tenía que pasar ya por ‘boxes’. Se reiniciaba el GP Canadá, convertido en una espectacular carrera en miniatura. DRS reactivado a 13 giros para el final y que empiecen los fuegos artificiales en Montreal. 

Sainz se enganchó al cogote del vigente campeón mundial. Verstappen casi podía sentir el aliento del madrileño. Bailar pegados es bailar, pero es difícil inquietar a un robot, a un piloto que anula sus emociones cada vez que se pone el casco. El dorsal 1 demostró por qué lo lleva y no dejó ni una grieta abierta para celebrar su sexta victoria en nueve carreras este año, lanzado a por su segundo campeonato mundial. Un robot infalible. Por detrás, Leclerc redondeó su espectacular remontada adelantando a Alonso. El bicampeón español cruzó la línea de meta séptimo, pero fue sancionado con cinco segundos por zigzaguear de forma innecesaria y perdió dos puestos más.